Bueno, confieso que algo de eso me sucedió durante este último tiempo. Mi negocio fue creciendo y la cantidad de horas que tengo por día es la misma…
Como tantos emprendedores solitarios, durante algún tiempo me resistía a aceptar que había llegado el punto en el que necesitaba ayuda. Durante los últimos meses he tenido mucho trabajo y, por suerte, varios nuevos clientes.
Pero claro, ¡lo confieso!, a pesar de recomendar a emprendedores, profesionales independientes y PyMES que se sacaran algunos sombreros y contrataran una Asistente Virtual, me costó hacer lo propio para mi negocio. 😉
Finalmente, acepté que mi día también tiene sólo 24 horas y contraté una Asistente Virtual para mí. Ya durante el curso que realicé el año pasado para certificarme como Asistente Virtual en USA mi Coach me preguntó qué estaba esperando para contratar una asistente virtual para mí. Pasaron varios meses desde esa conversación que tuve con ella pero este mes, lo logré.
Felizmente, contraté ayuda y ello no sólo me ha liberado tiempo sino que también ha contribuido a que realizara cierta re-organización. Claro que tanto mi asistente virtual como yo tendremos que recorrer este primer tiempo de adaptación y conocimiento mutuo. Pero estoy muy entusiasmada con el tiempo que he recuperado. Quiero poder poner foco en varios proyectos que también tengo en marcha y esto me permite poder dedicarles el tiempo que requieren.
Y vos, ¿ya pensaste en contratar una Asistente Virtual?
¡Uy, querida Vicky! Vaya si es un tema, «temón» el de delegar… me deja pensando tu post. Y me alegra tu reflexión en voz alta 🙂 Un saludo afectuoso para vos y tus lectores. Paola.